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MES DE CONCIENTIZACIÓN SOBRE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON

  • Foto del escritor: Dra. Stephany Méndez
    Dra. Stephany Méndez
  • 16 ago
  • 4 Min. de lectura

“La enfermedad de Parkinson no comienza

con el temblor. A menudo se manifiesta

primero con síntomas no motores,

silenciosos y poco reconocidos, que

también deterioran la calidad de vida. Estar

atentos y actuar desde los primeros signos

puede cambiar el rumbo de la enfermedad.

¡Detectarla a tiempo es clave!”


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Panorama general

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurológico crónico y progresivo que afecta el sistema nervioso central y periférico. Su aparición es más común a medida que envejecemos y se espera que su prevalencia aumente significativamente debido al envejecimiento global de la población. Esta enfermedad no solo compromete el

movimiento, sino que también produce una amplia variedad de síntomas no motores que impactan profundamente la vida diaria de quienes la padecen.


Epidemiología

Suele diagnosticarse en personas mayores de 45 años, y se presenta con mayor frecuencia en hombres que en mujeres, con una proporción aproximada de 2 a 1. Además, estudios han mostrado una mayor incidencia en personas de raza blanca en comparación con otros grupos étnicos.


Causas y factores de riesgo

El Parkinson puede originarse por una combinación de factores genéticos y ambientales. Alrededor del 20% de los casos están relacionados con variantes genéticas específicas. En cuanto a los factores ambientales, la exposición prolongada a pesticidas, solventes industriales o metales pesados, así como traumatismos craneales repetidos, se han identificado como posibles elementos de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar la enfermedad.


Diagnóstico

El diagnóstico se basa principalmente en la evaluación clínica de los síntomas. Para apoyar este proceso, se pueden utilizar estudios de imagen cerebral como la tomografía por emisión de positrones (PET). El diagnóstico se basa principalmente en la evaluación clínica de los síntomas. Para apoyar este proceso, se pueden utilizar estudios de imagen cerebral como la tomografía por emisión de positrones (PET) o la tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT), que ayudan a diferenciar el Parkinson de otros trastornos del movimiento.


Síntomas del Parkinson

Los síntomas del Parkinson se dividen en dos grandes grupos: motores y no motores. Entre los motores, destacan el temblor en reposo, la rigidez muscular, la lentitud en los movimientos (bradicinesia) y la inestabilidad postural. Estos afectan la movilidad y el equilibrio, lo que puede derivar en caídas y dificultades para realizar actividades cotidianas.


Los síntomas no motores suelen aparecer incluso antes de los motores y pueden incluir

alteraciones del sueño, disminución del sentido del olfato, estreñimiento, cambios

en el estado de ánimo como depresión o ansiedad, y deterioro cognitivo leve.

Reconocer estos signos tempranos puede ser clave para un abordaje oportuno.


Síntomas no motores en profundidad

Uno de los síntomas más debilitantes es la fatiga, que puede sentirse como un agotamiento físico y mental persistente, incluso después de descansar. Aunque no existe un tratamiento específico, el ejercicio regular ha demostrado ser beneficioso para mejorar la energía y el bienestar general.


La enfermedad también puede afectar el habla y la deglución, provocando voz baja, dificultad para pronunciar palabras o tragar, lo que puede aumentar el riesgo de atragantamientos e infecciones. Es clave que estos problemas sean evaluados por especialistas en terapia del habla y lenguaje


En etapas más avanzadas, pueden aparecer alucinaciones visuales o delirios (como creer que otros quieren hacerles daño), lo cual resulta angustiante y requiere una atención médica empática y especializada.


El mareo o vértigo también es frecuente, muchas veces por hipotensión ortostática, una caída en la presión arterial al ponerse de pie. Esto puede deberse a disfunciones del sistema nervioso autónomo o a factores como deshidratación, infecciones o ansiedad.


Por último, aunque menos visible, el dolor es común en personas con Parkinson. Puede manifestarse como rigidez, espasmos, ardor o molestias sin causa aparente. Es importante hablar de estos síntomas para poder recibir tratamiento y mejorar la calidad de vida.


Historia natural y evolución

El Parkinson es una enfermedad progresiva, y sus síntomas pueden evolucionar con el tiempo. En muchos casos, los síntomas no motores aparecen años antes que los motores. Con el avance de la enfermedad, pueden surgir problemas cognitivos, pérdida de independencia y mayor riesgo de caídas. La evolución es variable en cada persona y puede verse influida por factores genéticos



Tratamiento y abordaje integral

Actualmente no existe una cura para el Parkinson, pero sí múltiples opciones para aliviar sus síntomas. El tratamiento puede incluir medicamentos que mejoran la movilidad, terapias físicas y ocupacionales, y en algunos casos, cirugía como la estimulación cerebral profunda. El abordaje ideal es individualizado y debe considerar tanto los síntomas motores como los no motores.


Conclusión

La enfermedad de Parkinson es mucho más que un problema de movimiento. Su detección temprana y el tratamiento integral pueden marcar una gran diferencia. Es fundamental visibilizar sus múltiples manifestaciones y brindar acompañamiento médico, psicológico y familiar para mejorar la calidad de vida de quienes la viven.


Referencias

Parkinson’s Disease” publicado en The New England

Journal of Medicine (NEJM), 2024, Schapira, A. H. V.,

Chaudhuri, K. R., & Jenner, P. (2017). Non-motor features

of Parkinson disease. Nature Reviews Neuroscience

 
 
 

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